Vinoterapia

En balnearios y spas se utilizan todo tipo de tratamientos conocidos como «vinoterapia»: desde mascarillas tonificantes, hasta relajantes masajes, baños, etc. De ahí, que el mundo de la cosmética haya aprovechado los demostrados beneficios de la uva para el cuerpo, para sacar al mercado diversos productos cosméticos en los que este fruto de la vid es el principal componente. Cremas, anticelulíticos, aceites, etc. que te acercan la ciencia de la vinoterapia al día a día.

En realidad el uso de derivados de la uva como tratamiento para la piel y el cuerpo humano tiene su origen hace cientos de años. En el mundo medieval y romano ya se conocían sus beneficios, pues se aplicaban mascarillas a base de uvas trituradas, pero no fue hasta 1996 cuando se crearía la primera línea de cosmética basada en la vinoterapia, de la mano de dos vitivinicultores franceses.

¿Por qué la uva y no el melocotón?

La uva tiene un componente que es la base de estos tratamientos: el resveratrol. Se trata de un compuesto de la familia de los polifenoles, presente en las uvas y que se ha rebelado como un magnífico antioxidante. Según diversas investigaciones es 50 veces más potente que la vitamina E y 30 veces más que la vitamina C.

Este compuesto, que está presente sobre todo en la piel y las pepitas de la uva, y las uvas lo fabrican de cara a protegerse de posibles infecciones y radicales libre que puedan dañarlas. También se encuentra en otros frutos, como las granadas o los arándanos.

Los polifenoles previenen el envejecimiento de la piel, la reafirman e hidratan, estimulando la generación de colágeno y favoreciendo igualmente la tonificación muscular. El resveratrol, por su parte, activa la producción de sirtuinas, más conocidas como las proteínas celulares de la longevidad.