El ajo es un potente antibiótico
A lo largo de la historia en el Medio Oriente, Asia Oriental y Nepal, el ajo se ha utilizado para tratar la bronquitis, la hipertensión, la tuberculosis, los trastornos del hígado, la disentería, la flatulencia, los cólicos, el reumatismo, la diabetes e incluso la fiebre. Hoy día tenemos constancia gracias a un estudio de la Universidad Estatal de Washington (EE.UU.) y publicado en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy, que el sulfuro de dialilo, un compuesto del ajo, es 100 veces más eficaz que dos antibióticos populares para luchar contra la bacteria Campylobacter (una de las causas más comunes de infecciones intestinales).